Maravillas de la provincia: Las Cisternas Romanas de Monturque
Bajo el cementerio del pueblo, estas magníficas cisternas romanas fueron descubiertas por mera casualidad. Son las cisternas romanas más grandes que se conservan en la Península Ibérica y las segundas de toda Europa. Hoy te contamos su historia.
Las Cisternas Romanas de Monturque
En 1885, se encontraron por casualidad cuando se empezó la ampliación del cementerio municipal debido a una fatídica epidemia de cólera.
Las Cisternas Romanas son una obra de gran monumentalidad y significación, siendo la clara manifestación de una forma de vida altamente urbanizada. Su función primordial era la recaudación y almacenamiento de agua de lluvia, alcanzando una capacidad de hasta 850.000 litros.
Cuenta con una planta rectangular formada por tres naves o galerías paralelas, orientadas en sentido N-S y separadas por gruesos muros y cubiertas con bóvedas de medio cañón. Cada una de estas galerías se dividen en cuatro cámaras o compartimentos de planta igualmente rectangulares, comunicados entre sí mediante pequeñas puertas rematadas por arcos de medio punto.
En las bóvedas, se abrieron una serie de óculos circulares, como si fueran tragaluces, para dotar de ventilación a la cisterna. También, se abrieron estos agujeros en la parte superior de las puertas y en los muros divisorios, poniendo todo en comunicación.
En el extremo norte de una de las naves (la situada al Este), parte una estrecha galería de prolongación de unos 30 metros de longitud. Su pavimento desvela una clara inclinación en dirección a una especie de pozo, en el cual desemboca. Esto nos lleva a deducir que esta galería cumplía funciones de desagüe de la cisterna.
Toda la cisterna está construida a partir de hormigón romano. Si nos fijamos en las uniones de las paredes con el suelo, aparecen las características medias cañas o cordones hidráulicos. Estos tienen la finalidad de no dejar ángulos vivos para evitar la acumulación de suciedad y facilitar la limpieza.
Se desconoce dónde estaba el acceso al interior de esta gran cisterna, aunque lo más probable es que estuviese en el mismo sitio por donde se penetra en ella en la actualidad.
En cuanto a la entrada del agua, parece que se efectuaba por la parte lateral de la bóveda del segundo compartimento de la galería este, mediante una conducción de sección cuadrada.
A pesar de la gran magnitud, estas cisternas no son las únicas que conserva Monturque. Existen al menos otras ocho más, de pequeño tamaño y características similares, también de la época romana.
En lo que respecta a la Gran Cisterna, no cabe duda que se trata de una construcción de carácter público, mientras que las de menor tamaño podrían pertenecer a viviendas privadas.
Ya en el año 2006, se llevó a cabo una intervención de musealización y puesta en valor del monumento. De esta forma, se ha convertido en un importante centro de interpretación sobre los usos del agua en la época romana.
En dicha intervención, se mejoró considerablemente el sistema de iluminación y se diseñaron recorridos temáticos en los que se han añadido técnicas multimedia de sonido ambiente y proyección para complementar esta espectacular visión de sus inmensas galerías.
Cementerio de San Rafael
Este gran monumento está ubicado en un lugar único: bajo el Cementerio de San Rafael, incluido en la Ruta Europea de Cementerios. Un Itinerario Cultural del Consejo de Europea, del que forman parte 63 cementerios en 50 ciudades de 20 países de Europa. El objetivo de este itinerario es mostrar estos espacios como grandes museos al aire libre.
En el mes de noviembre, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, se celebra la celebración de las jornadas Mundamortis, siendo las únicas que se realizan en España dedicadas a la muerte, el turismo y los cementerios. Monturque es pionero en el desarrollo del denominado necroturismo o turismo de cementerios.
Qué más ver en Monturque
Si os queda tiempo, merece la pena visitar el Museo de Historia Local de Monturque, el cual conserva y custodia el Patrimonio Histórico del término municipal, tanto paleontológico como arqueológico. Esto nos ayudará a entender mucho mejor nuestra visita.
Por otro lado, tenemos el Castillo Medieval, en cuyo interior se localiza una Cisterna Romana. Las referencias históricas para descifrar el origen del castillo son escasas, pero al-Isdri ya afirmaba que consistía en un hins o hábitat fortificado en altura. En el año 1240, fue conquistado por Fernando III el Santo. Su Torre del Homenaje, que se alza en el patio de armas, es el vestigio mejor conservado hasta hoy, gracias en parte a que ha sido restaurada.