Descubre la historia de Wallada al-Mustakfi, princesa y poetisa por la igualdad

Aunque la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres parece ser un tema moderno y de irremediable actualidad, en Córdoba hace siglos ya había figuras que se erigen como ejemplo, y quizás comienzo, de esta lucha. Es el caso de Wallada bint al-Mustakfi, la princesa y poetisa que luchó por la igualdad en tiempos antiguos. Wallada es la única princesa del reinado Omeya que se conozca. Hija de Muhammad III al-Mustakfi, el undécimo califa de Córdoba, y una de sus esclavas llamada Armin’am, nació en el año 994. Por aquel entonces, el reino de Al-Ándalus estaba en plena decadencia, y aunque su padre lo rigió por unos cortos dos años, Wallada ostentó el título de princesa, con el que siempre se le recordaría, ya que no tenía hermanos varones.

Referente en la poesía y en su expansión a otras mujeres

Al no tener descendencia masculina, Wallada también se benefició de la herencia de su padre, el cual fue asesinado en Uclés. El cobro de esta herencia le permitió a la inquieta princesa poderse independizar del linaje real que le precedía, así como de cualquier vínculo con un hombre. Pudiendo abrir un palacio convertido en salón literario, donde pudo enseñar canto y poesía a otras mujeres. A su palacio también acudían grandes personalidades del mundo de la poesía y la literatura, incluso de otros estamentos de la sociedad. Wallada era una mujer que demostraba una personalidad y entereza fuera de lo común. A menudo caminaba sin velo y acostumbraba a bordar sus versos en los hombros de sus vestidos.

Legado artístico y cultural

Los expertos en la materia aseguran que solo se conserva una pequeña parte de todo lo que Wallada escribió en vida. Se considera a Wallada como una auténtica proeza poética, que reside en la buena formación literaria que una persona de su posición tuvo el privilegio de obtener, pero que exprimió y usó como trampolín para desencadenar su talento. Tal cual podemos leer en algunas memorias “fue conocida como la mujer más culta, famosa y escandalosa de Córdoba”.

Mantuvo una relación amorosa con el poeta Ibn Zaydún, el cual la traicionó y jamás fue perdonado por Wallada. Una relación que supone un gran ejemplo de personalidad y determinación, ya que se conocieron en un evento donde intercambiaron y batallaron lanzándose versos el uno al otro (cosa que estaba mal visto en una mujer). La competición dejó paso al afecto, cariño y amor, que posteriormente fue traicionado por el poeta, ya que este mantuvo una relación con una esclava de Wallada. La princesa jamás lo perdonó. Todos estos acontecimientos quedaron marcados y perfectamente descritos en sus poemas sobre Ibn Zaydún, en un canto de amor, traición y dolor.

Existen creencias de que la traición no fue tan así, sino un brote de “celos literarios” provocados por los halagos de Zaydún al poema de una de las alumnas de Wallada. Igualmente, todo parece indicar que detrás de estos hechos, se encontraba la familia de la princesa y una más que probable estrategia para que tuviera lugar su ruptura. No debemos olvidar que su relación se llevaba en secreto ya que Ibn Zaydún se encontraba vinculado políticamente con los Banu Yahwar, que eran enemigos de los Omeyas.

En Córdoba, esta historia es tan profunda y de gran calado que desde el año 1971, junto al Alcázar de los Reyes Cristianos, podemos encontrar el Monumento a los Enamorados, en memoria de su amor. Wallada fue sin duda un ejemplo de mujer independiente, con personalidad y avanzada a su tiempo. Una figura que representa la lucha individual contra un contexto contrario, en este caso, para las mujeres.