historia de cordoba y sus murallas

A lo largo de los años, numerosos historiadores y arqueólogos han analizado y difundido sobre la historia de unas murallas que en su momento fueron imponentes y majestuosas. Estas construcciones alargadas, robustas y de gran extensión y altura protegieron la ciudad durante siglos. Pero también se le conocen otros usos como el de ser aduana para el pago de impuestos y tributos por las mercancías que se comercializaban en Córdoba. Estas murallas experimentaron también a lo largo de los años numerosas ampliaciones, reformas y reconstrucciones, para acabar siendo olvidadas y derruidas. De su desarme, se usaron sus partes y materiales tanto para comerciar como para construir otras estructuras. Y gracias a su retiro, la ciudad pudo expandirse, e incluso se especuló con los nuevos terrenos y oportunidades que ofrecía su demolición.

Hoy en día, quedan varios vestigios de su imponente grandeza, como la zona del Marrubial, La Puerta de Almodóvar o la Puerta de Sevilla. Por eso os queremos hablar de Córdoba y sus murallas, y la historia que hay detrás.

Historia de la muralla de Córdoba

La muralla se empezó a construir en la primera mitad del Siglo II antes de Cristo, cuando los romanos llegaron a esta localización y fundaron un nuevo asentamiento. Córdoba siempre fue un lugar estratégico muy importante para servir de centro de abastecimiento del ejército de la conquista romana de la península. Los historiadores afirman que la muralla superaba los 2.500 metros de longitud, y contaba con 4 puertas situadas en los puntos cardinales.

historia de cordoba y sus murallas, guías de cordobaDurante la Guerra Civil que tuvo lugar entre Julio César y Pompeyo, gran parte de la muralla fue destruida. Pero en la etapa del Imperio Romano con Augusto, la muralla se reconstruyó e incluso se ampliaría. Entonces, las murallas ya tenían 7 puertas.

Con la llegada de los musulmanes en el Siglo VIII, la muralla se mantendría en su totalidad. 3 siglos después y con varios conflictos abiertos, los almohades y almorávides ampliaron la muralla hacia el Este, protegiendo la Axerquía.

Cuando en 1236 el rey Fernando III arrebató Córdoba de los invasores, se dieron los nombres a las puertas del Este de la muralla que atravesaron con el lugar de procedencia de los soldados. Por ello las puertas de Plasencia, Andújar o Martos. Pero no solo cambiaron nombres, sino que también reforzaron la seguridad de Córdoba y sus murallas. Se edificaron nuevas torres como la de la Malmuerta y en el Siglo XIV se fortificaría la zona del Alcázar.

Con el paso de los años y los avances en tecnología militar, las murallas fueron perdiendo potencia defensiva, debido a la fuerte artillería. Sin embargo, las murallas sirvieron por última vez en la Guerra de la Independencia y en la avanzada de los carlistas (1836).

En el Siglo XIX las murallas se fueron eliminando como ya hemos dicho antes por diversas razones: seguridad, amplitud, comercio… Con la evolución tecnológica y las nuevas necesidades y maneras de hacer la guerra, las murallas ya no tenían mayor sentido. Salvo es de hacernos recordar que Córdoba lleva muchos siglos siendo una ciudad único, estratégico, y por supuesto, preciosa.