templo romano de cordoba 2

El Templo Romano de Córdoba se encuentra en pleno centro neurálgico de la ciudad andaluza. Fue descubierto en los años 50 durante unas construcciones en el Ayuntamiento. Exactamente, se sitúa en la esquina que forman las calles Claudio Marcelo y Capitulares. Aunque se cree que no es el único templo romano que hubo en Córdoba, si es el único que se ha descubierto por excavación. Sus dimensiones alcanzan los 32 metros de largo por 16 metros de ancho. En el año 2007, se declaró Bien de Interés Cultural por parte del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.

Historia

Este templo se comenzó a edificar durante el reinado del emperador Claudio (años 41 al 54), pero no se terminó hasta pasados 40 años. Fue durante el reinado del emperador Domiciano (81-96). En el Siglo posterior experimentó algunas remodelaciones que aparentemente coincidieron con el cambio de localización del foro colonial, que se trasladó al entorno donde se encuentra el convento de Santa Ana.

En la zona donde está el templo, ya se habían encontrado anteriormente elementos antiguos como los tambores de las columnas y capiteles de mármol. Por esta razón, la zona se conocía como los marmolejos. Se cree que esta zona tuvo origen entre los Siglos primero y segundo, al igual que el foro provincial de la Colonia Patricia, como se conocía a Córdoba de manera oficial en aquella época (Dominación romana).

Para la fabricación de este templo romano se empleó casi solo mármol. Muros, columnas, escaleras, cubiertas… hechas de mármol de grandísima calidad. El detalle y la belleza nos indican que esta fue llevaba a cabo por artesanos de grandísima cualificación. Obteniendo así uno de los edificios más llamativos del Imperio Romano.

Su situación nunca fue casualidad. El templo se encontraba emplazado en en el límite de la Colonia Patricia, al Oeste de la Muralla. Parte de esta, junto con otros edificios fueron derribados para levantar el templo. Se creó además una falsa terraza, o terraza artificial con una plaza, para que esta creación tuviera gran visibilidad y aspecto. Esta plaza estaba cerrada por tres de su cuatro lados (la plaza era cuadrada).

Debido a la orientación que tenía la zona abierta de la plaza del templo, que además enfocaba al circo romano que existía por aquel entonces, los investigadores creen que el templo estaba dedicado al culto imperial, o sea, a los emperadores romanos divinizados.

Descubrimiento y restauración

En el año 1951, el que por aquel entonces era el Director del Museo Arqueológico de Córdoba (Samuel de los Santos) y Félix Hernández fueron los encargados de dirigir la operación de excavación. Conforme se iban haciendo descubrimientos, el experto arqueólogo Antonio García Bellizo fue el encargado de interpretarlos. 

El edificio se situaba sobre un pódium, y disponía de seis columnas en la fachado frontal por diez columnas en cada lateral. En la actualidad solo quedan restos de la cimentación, la escalera, el altar y fustes de columnas y capiteles. El resto, ha sido obra de la reconstrucción que tuvo lugar a mediados del Siglo XX, cuando se construyó el actual Ayuntamiento de Córdoba. 

En Marzo de 2017 se activó la primera fase de conservación de este conjunto histórico. Lo que supuso la realización de trabajos para remover la capa negra que cubría el monumento y adecuar la zona. La segunda fase comenzó en Abril de 2018, con el objetivo de permitir el acceso a la zona para visitas turísticas, así como la creación de un centro de interpretación.

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